martes, 22 de julio de 2008

REFLEXION


Compañeros: Tantas fueron las veces que nos derrotaron, como tantas las veces que la superamos. Lo mataron a Moreno, los mandaron al ostracismo a Artigas y San Martín, lo ningunearon a Bolívar en el Congreso de Panamá, lo fusilaron a Dorrego, los vencieron a Rosas, el Chacho y Felipe Varela, exterminaron al pueblo de Paraguay y a nuestros pueblos originarios, nos mataron obreros en TAMET y la Patagonia, nos encarcelaron un líder, nos bombardearon Plaza de Mayo, nos exiliaron, nos proscribieron, nos fusilaron, nos desaparecieron. Sin embargo siempre volvimos, siempre de pie, con nuestras banderas, con nuestras consignas, con nuestros ideales y como diría Martí con un odio invencible a quien nos oprime. Nuestra historia se sigue escribiendo, la seguimos escribiendo. Esta fue sólo una pelea de la gran pelea de los pueblos contra los imperios. Dejemos mezquindades aparte, aboquémonos a la maravillosa tarea de reconstruir el campo popular. Somos muchos los que no nos resignamos, los que todavía en medio de tanto espanto nos seguimos juntando por convicción. La oligarquía sigue siendo el blanco, porque no habrá paz mientras unos acumulen y otros sobrevivan de las migajas que les deja el sistema. Sigo pensando que no hay meta más noble que una PATRIA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA. Ese es nuestro destino. Ese es el destino de un continente: Latinoamérica. Preparémonos para las próximas batallas, seguramente vamos a vencer.
Reflexion de la compañera Viviana Guido